martes, 23 de junio de 2009

violencia a la mujer: poder y dominación

Al escuchar acerca de violencia a la mujer pueden surgir muchas interrogantes, como ¿porqué una mujer permite los abusos de su pareja, si es consciente que al permitir ello se hace daño a sí misma? Dejando de pensar en sus necesidades, creyendo que la otra persona la necesita, esta centrada en la negación y la racionalización pero no razona.

La violencia se entiende mayormente a grandes rasgos, y en sus inicios no se toma en cuenta para las mujeres y para la mayoría de personas. Ahora sabemos que la violencia física se manifiesta desde pellizcos, apretones hasta fracturas, quemaduras, etc. Pero si conociéramos realmente como fue la crianza y la comunicación familiar, esta sería la respuesta a nuestra interrogante.

Vemos no solo un círculo vicioso en una relación de pareja que en casos extremas lleva a la muerte, sino una línea abismal en cuanto a las familias se ve que una niña o niño que ha visto el maltrato de su padre a su madre también es propensa, en un futuro a permitir el maltrato de su pareja, a menos que la madre tome seguridad en cuanto a acabar con los maltratos que recibe, o si este niño o niña por si solo u orientado.

Se espera que la educación cumpla adecuadamente el papel de prevenir así como el de orientar, ya que la violencia iniciada en casa afecta a toda la sociedad y no se puede hacer oídos sordos aunque no nos haya tocado vivirla.

La planificación hacia una sociedad sin violencia, escapa de la sola violencia familiar, pero es la primera mayoritariamente en darse, por ello su importancia. La complejidad de la agresión puede desencadenar problemas y hasta un desequilibrio emocional que termina, en el peor de los casos, en el suicidio.

Pero, ¿cuáles son las razones por las cuales se le violenta a la mujer?, esto es muy descifrable en la sociedad que vivimos, puesto que una de las causas que atentan contra ellas, es la manera de pensar de la sociedad misma; por años el Perú vive la presencia superior de el hombre sobre la mujer, esa tendencia errónea pero hereditaria desde los tiempos virreinales, y que hasta en el código civil del 36 se le tomaba como si fuere un objeto cualquiera de valor que simplemente servía en la reproducción y para las labores del hogar.

Pero yendo al punto objetivo, es el machismo como falsa ideología dominante el que sumerge a toda nuestra sociedad en la sociedad torpe y violenta que se postula en gran parte de su territorio. Su trascendencia no es casual, sino que persevera en acción y produce más adeptos como cantinas y falsos religiosos, sus lugares de reclutamiento son los centros de trabajo y las cantinas, donde establecen argumentos absurdos y maneras desquiciadas de cómo golpear a una mujer.

El machismo como ideología surge de un temor, la dominación de la mujer sobre el hombre, al igual que el feminismo por temor a la dominación del hombre sobre la mujer, y ambos son humanos, sienten el poder y su naturaleza empieza a cambiar, desde el comportamiento asta la personalidad. El poder es inherente tanto al hombre como la mujer, pero lo que aventaja al hombre es su carácter temerario y dominante, lo cual al imponer la fuerza sobre la mujer, llegamos al sometimiento primitivo y la imposición de fuerza en contra de la voluntad y en contra de la democracia de pareja.

Quizá el machismo como ideología sea el efecto multiplicador de las acciones tan aberrantes de los hombres, pero la mujer tiene culpa en ello también; el hombre podría respetar a la mujer si esta pusiera respeto como parte de la moral de la sociedad misma.

La educción ayudaría a reconocer la igualdad de capacidades no en el sentido de usarlas sino en el sentido de tenerlas, las inteligencias múltiples no solo se dan en los varones sino en las mujeres, resulta discriminador comprobar quien es más inteligente, puesto que todos lo somos y en medidas diferentes, es una falla social querer diferenciar una inteligencia motora de una musical o de una intelectual, el sistema tiene que responder ha estos errores y empezar a llenar los vacíos, aunque resulta muy difícil puesto que es un sistema que promueve la diferenciación y el egoísmo.

La violencia a la mujer también se debe a particularidades en los comportamientos de la familia, tanto como ceder una decisión al padre, hasta imponer un castigo sin consultarse mutuamente como pareja. Si los padres discuten y por razón de fuerza el padre se impone sobre la madre, entonces lo niños creerán que está en su naturaleza ser más fuertes que las mujeres, y si este niño revela esto al padre y se estimula este comportamiento, podremos decir que tenemos otro machista en potencia, quizá porque desde niño creyó por las veces que ha visto, que eso es normal y que, como regresaban siempre los padres, entonces se tomaba como una conducta que se debe practicar de ves en cuando.

Con respecto a las niñas, mayoritariamente relacionadas con la madre, se establece una direccionalidad que asegurará o romperá la violencia; sus casos más generales en su comportamiento es aislamiento y sentimiento de soledad, no tienen a nadie que les cubra el cariño que quisieran tener, y cuando llega el enamoramiento, se convencen que esa persona lo hará y están dispuestas a darle todo para que no se valla, es un gran error pensar retenerlo, el hombre al igual que la mujer desarrollan el sentido analítico y rápidamente se pueden dar cuenta que la otra persona está muy interesada y como tienden a la dominación terminan tratando mal a las mismas y en el caso de las niñas, soportando todo lo que sus enamorados hagan.

Esto es tan grave que desencadena desde la violencia misma hasta la muerte, desde una apretada de brazo hasta una cuchillada sin remordimiento. La dominación de los hombres sobre las mujeres tiene que terminar, así como las características fenomenológicas de sus comportamientos, tanto individual como social. La mujer debe de entender que ser mujer no es sinónimo de pasiva y cobarde, los hombres son los cobardes no al atentar contra una mujer, sino por atentar contra un ser humano.

La violencia en la mujer en este artículo, tiene un punto de vista fenomenológico, puesto que el rompimiento de esa falsa ideología “machismo”, cambiará la sociedad y a los hombres.

La educación es una posibilidad para que la mujer se de cuenta de esta falsa ideología masculina y empiece a establecer la verdadera realidad de las cosas, una educación de dirección integral siempre se encaminará a la igualdad de géneros y no a una falsa ideología, quizá sería debatible establecer una educación intencionada en promover la igualdad de géneros y no la igualdad entre culturas.

2 comentarios:

Litsey Torres dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Litsey Torres dijo...

Puede haber muchas diferencias entre varones y mujeres, pero esta en la labor de la educacion que estos seres humanos discriminen aquellos conceptos machistas y feministas que se fomentan por los medios de comunicacion de la sociedad en que viven, y para que de esta manera se defina el respeto mutuo para que no se siga generando mas y mas conflictos, y que ninguno sea el culpable ni de ser la victima ni de ser victimario.