domingo, 5 de octubre de 2008

Un Individuo llamado Albert Einstein

Muchas veces desde niño, pensé en la actitud luchadora de este personaje, me hice varias ideas muy controversiales acerca de su vida, todos hablaban del genio y de aquel personaje que había inventado una peligrosa arma para destruir en masa, después me hablaban de aquel ser extraño que salió de las aulas del instituto politécnico zurích, de aquel que no le gustaba las matemáticas y que como una gran anécdota salió reprobado en las clases de matemática.

Cuando crecí un poco más, quise conocer acerca de este personaje, de su vida, si de verdad eran las cosas que se decían de él, pero no investigué al detalle, solo tenía entre pocas, algunos libros y cosas que hablaban de su teoría de la relatividad y sus observaciones hacia las leyes físicas newtonianas, casi no me interesaba sus leyes complicadas, porque de lo poco que sabía me interesaba conocer como de un coeficiente intelectual de 80 se podía pasar a uno de 160, eso me fascinaba, claro, hasta que me enteré por cuenta propia, que esto de las pruebas psicométricas era solo un intento por evaluar la capacidad intelectual y que su exactitud no era muy precisa, aunque estoy seguro de que Alfred Binnet se sintió alagado después de sus pruebas de rendimiento y de llegar a conclusiones como las de, “existen individuos más inteligentes que otros, esto se debe a la capacidad de inteligencia espacial, agilidad de memoria, etc”.

Después ya no me interesaba como se hizo más inteligente, tampoco creo que tuve la estimulación suficiente para seguir con eso, nuca le dije a alguien que me gustaba los temas de Einstein. Ahora, sentado en mi escritorio, vero la importancia para el mundo científico el desarrollo de los conocimientos de Einstein, la verdad desearía conocer y desarrollar su física, pero estoy un poco alejado de la física y sus leyes...

Pero ahora podré darles a conocer algunos de los fragmentos de sus notas autobiográficas que les servirá a aquellas personas que quieran conocer algo de Einstein así como yo, en una pretenciosa manera de empezar este largo camino diría, por algo tenemos que empezar.

Einstein nació el 14 de marzo de 1879, en Alemania, según dice la historia, 9 años después de que Bismark derrotará a Francia y unificara a su pueblo, nueve años después de la columna Francesa, yo diría que a Einstein le toco vivir dos épocas distinta, muy distintas entre si, el apogeo del imperio alemán y la caída del mismo dos veces.

Einstein empezó a meditar desde los 16 años, a los que, si le sumamos 10 más tendríamos el año de la publicación de cuatro famosos artículos, osea en el año de 1905, año en que también se gradúa en la escuela politécnica de Zurich. Empieza a trabajar en la oficina de patentes de suiza, cuatro años después de formulada la teoría especial de la relatividad, Einstein es designado profesor adjunto en la Universidad de Zurich, después fue también fue profesor titular en la Universidad de Praga y después regresó a la docencia en la Universidad de Zurich. En 1913 pasó a ser miembro de la academia de ciencias en Prusia y se trasladó a Berlín donde permaneció entre libros y laboratorios 17 años de su vida, después de ello se fue a vivir a Princeton en el año 1933.

En 1914 se niega a firmar el manifiesto de los científicos alemanes, y en 1921 ya era el centro de la atención de los teatros escondidos de Alemania, era claro que no debía hacerse muy pública su vida, puesto que era judío y corría mucho peligro con esto de los nazi.

Uno de los admiradores de Einstein (L. Infeld) comentaba en el prólogo de “Así es mi pueblo”, libro que es leído pocas veces porque no encierra casi nada de sus fantásticas teorías, pero que si resalta mucho el valor de Einstein hacia su cultura judía escribe: “tuve la oportunidad de comprar una entrada para una de las conferencias le das cuales se discutía la teoría especial de la relatividad de Einstein que era en una de las salas más grandes de teatro de la época, tuve la oportunidad de escuchar todas las cosas que se decía de la teoría de Einstein, pero más asombro me causó verlo a Einstein en uno de los palcos, riéndose de lo que decían estos científicos oradores, sin duda la gente estaba muy concentrada en ver la actitud de Einstein”.

En 1939 fue su más importante participación en el contexto mundial, La historia de cómo los físicos trataron sin éxito de estimular, convencer e interesar a la Marina y al Ejército en el Proyecto Atómico está relatada en el informe Smyth, con sutiles reducciones y omisiones. Fue la carta famosa de Einstein dirigida a Rooselvelt quien rompió la rigidez de la mentalidad militar. Einstein, que siente desprecio por la violencia y las guerras, es considerado el padre de la Bomba Atómica. Esto es así en razón de que la historia moderna del desarrollo de la energía atómica comienza con la relación de equivalencia de Einstein entre masa y energía. Esto es así también a causa de que la historia de la Bomba Atómica comienza con la carta de Einstein.





Aquí estoy, dispuesto a escribir, a la edad de sesenta y siete años, algo así como mi propia necrología...

Siendo todavía un joven bastante precoz me percaté vivamente de la futilidad de las esperanzas y anhelos que persiguen sin tregua a la mayoría de los hombres a través de las vida. Pronto descubrí, además, la crueldad de esa persecución, que en aquellos años estaba encubierta más cuidadosamente que hoy por la hipocresía y las palabras deslumbrantes. La mera existencia del estómago condenaba a cada cual a participar en esa persecución. Además tal participación hacía posible satisfacer el estómago, más no al hombre, en tanto que ser pensante y sintiente. Como primera salida estaba la religión, implantada en todos los niños por medio de la máquina tradicional de la educación. Así fue como llegue---pese al hecho que era hijo de unos padres (judíos) completamente irreligiosos--- a una honda religiosidad, que sin embargo, alcanzó un abrupto fin a la edad de doce años. A través de la lectura de libros de divulgación científica alcancé pronto la convicción de que mucho de lo que decían las historias de la Biblia no podía ser cierto. La consecuencia fue una mentalidad librepensadora rayana en lo fantástico, unida a la impresión de que el estado miente inintencionadamente a la juventud; fue una impresión demoledora. De esta vivencia nación un sentimiento de recelo contra cualquier clase de autoridad, una actitud escéptica frente a las convicciones que prevalecían en cualquier medio social específico, una actitud que ya jamás me volvería a abandonar, aunque más tarde, debido a una mejor penetración en las conexiones causales, perdió algo de su primitiva virulencia.

Sé muy bien que el paraíso perdido de la juventud, perdido de esta forma, fue un primer intento de liberarme de las cadenas de lo <>, de una existencia dominado por deseos, esperanzas y sentimientos primitivos. Ahí afuera estaba ese inmenso mundo que existe independientemente de los hombres y que se alza ante nosotros como un eterno y gran enigma, al menos parcialmente accesible a la inspección y al pensamiento humano. La contemplación de este mundo actuaba como una liberación, y pronto observé que más de un hombre a quién yo había llegado a estimar y admirar había encontrado la libertad y seguridad internas a través de una devota dedicación a él. La aprehensión mental de este mundo extra-personal dentro del marco de las posibilidades existentes flotaba, medio consciente, inconscientemente, como la más alta meta ante los ojos de mi mente. Hombres---del presente y del pasado---con motivaciones similares, junto con las ideas y concepciones por ello logradas, eran amigos que no podían perderse. El camino a este paraíso no era tan cómodo ni tan seductivo como al camino al paraíso religioso, pero ha demostrado ser digno de confianza y nunca me he arrepentido de haberlo escogido...

¿qué es en realidad, <>? Cuando, como consecuencia de la recepción de impresiones sensoriales, surgen imágenes de la memoria, esto aún no es <>. Cuando tales imágenes forman series, cada uno de cuyos miembros provoca la aparición de otro, tampoco esto es <>. Mas cuando una de aquellas imágenes se repite una y otra vez en muchas de esas series, entonces dicha imagen se convierte, en virtud de su recurrencia, en un elemento ordenador al conectar entre si series que en sí mismas no guardan relación alguna. Un elemento tal se convierte en herramienta, en concepto. Pienso que la transición de la libre asociación o <> al <> viene caracterizada por el papel más o menos dominante que en ello desempeñe el <>. En realidad no es necesario que un concepto valla ligado a un signo sensorialmente perceptible y reproducible (palabra); pero si de hacho lo está entonces el pensamiento se torna comunicable.
¿ Con qué derecho ---preguntará el lector— opera esta hombre tan despreocupada y primitivamente con ideas pertenecientes a una esfera tan problemática, sin hacer el mínimo esfuerzo por demostrar nada? He aquí mi defensa: todo nuestro pensar es de esta naturaleza, un juego libre con conceptos; la justificación de este juego radica en la medida en que, con ayuda de aquel, somos capaces de abarcar la experiencia de los sentidos. El concepto de <> no se puede aplicar a una estructura tal; para mi pensamiento este concepto no puede entrar en consideración en tanto no se tenga a mano un profundo acuerdo (convención) relativo a los elementos y la regla de juego. Para mi no hay alguna duda que el pensar se desarrolla en su mayor parte sin uso de signos (palabras), y por encima de ello en un grado considerable, de forma inconsciente. ¿Pues, como puede ocurrir, sino, que a veces <<>> espontáneamente ante un suceso determinado? Este <> parece surgir allí donde un determinado suceso entra en conflicto con un mundo conceptual suficientemente fijado en nosotros. Cuando este conflicto es vivido dura intensivamente repercute de un modo decisivo sobre nuestros mundos de pensamientos. El desarrollo de este mundo de pensamientos es en cierto modo una huída continua del <>.

los hombres hecho dioses son el mayor error de la diosa naturaleza

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