domingo, 21 de diciembre de 2008

Olores del tiempo

Cuando miro mis calcetas, empotradas de barro,
Fango creciente el de la vida de llantos,
Más con la intensidad de un barco,
Me alejo de altamar; un extraño día de lluvia, tengo fango en mis zapatos,
Por las noches nubladas de ideas dispersas, oigo el cantoral del viento,
Quizá es tu recuerdo hipernésico, notas del hado, del viento;
No me preguntes mujer si estoy cansado,
Pues cansado está el diablo de tanto infierno, pregunta lo que hice en el pasado,
Que mal, mejor si no me acuerdo,

Cuando los pájaros de la libertad, encendieron mi mecha,
El viento del olvido me la apagó,
Pues para mi todo es invierno;
Pues como recordando a Vallejo, nací un día que dios estuvo enfermo;
¿Pero y los vientos?,¿ donde están mis calcetas de fango?,
mis recuerdo con la luna besando su mano,
el sol una ves más me la ha robado,
pues ¿que debo hacer para dejar de llorar por dentro?, descontrolado por pensar tanto, por decir algo...por soñar con el lago de tormentos;
ya no quiero soñar con agua, ni de rosas, ni de violetas;
amargo sudor el mío, por dejar con criterio a mal tiempo disfrazado, la soledad y el sufrimiento.

Que mal me acuerdo de tus besos, porque nunca logre darte aunque sea uno, que mal me hacen tus caricias, aunque con la sola mirada ausente de un verso pueda reflejar que te quiero;
Ya la luna salió otra ves, y vuelvo a mojar mis calcetas de barro;
Pues las huellas que dejo, no son en vano;
Algún día escribiré junto a la luna y podré decirte que te amo.

Escribiré hasta entonces con las calcetas sucias, sucias como el corazón del hombre; sucias como la confusión de mis ideas; como el fango y el humo de la hoguera,
Tardes enteras viéndote salir, y solo me dices lo siento, porque callada te reflejas en el mar, y yo como un loco, contemplándote todo el tiempo..
Volverás a ver el sol un día..mientras yo seguiré en altamar, con las calcetas de fango, como el barro del pensamiento humano, que arrastra mi miserable vida con gotas de sudor de un Dios arcano;

¡Pero regresa mi bien amada del viento¡, regresa y penetra mis huesos de nuevo, volatiliza mis sentido, y enfríame el cuerpo; se que estas aburrida de tanto vivir, pero no mueras que lo siento;
este día de lluvia, como en París al pié de mis calcetas de barro, con la luna y con el viento, brindo por ti con un trago amargo de agua de mar,
y mientras escucho el zumbido de un pez bohemio por las olas, medito tu vos, tu aliento, no se lo que tenga con el mar, quizá soy un pez en el desierto, campo tan árido e incompleto, que al mirarlo recuerdo que estoy en el mar despierto;
con las mismas calcetas y el mismo fango, dejando las huellas que me llevarán a ti, suspiro de sirenas, amor de mil lunas llenas.

Hoy me alejo de las orillas, esperando regresar con vida, pues se que el mar es inmenso, tan igual como yo te siento,
Y cuando me estoy despidiendo, despierto del sueño jamás soñado, y mirando mis calcetas, siguen con fango y de barro, que triste despedida la mía, pero se que te encontraré en mi hado.


los hombres hecho dioses son el mayor error de la diosa naturaleza

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