domingo, 21 de diciembre de 2008

pre- socráticos (parte II)

Esquema del desarrollo del tema:

Parménides y la escuela de Elea.
Jenófanes.
Parménides.
Zenón de Elea.


1._ Parménides y la escuela de Elea:

_Aparte de los pitagóricos, hay un brote filosófico fundamental en la magna Grecia: la escuela eleática, que tiene en su centro a Parménides, y sus continuadores principales en Meliso y Zenón. Este grupo de filósofos, tuvo la más alta importancia. Con ellos la filosofía adquiere un nivel y un grado de profundidad que antes no tenía; y el influjo de Parménides es decisivo en toda la historia de la filosofía Griega y, por tanto, en su totalidad hasta hoy. Esta escuela tiene, fuera de ella, un antecedente que conviene mencionar:

2._Jenófanes:

_Era de Colofón, en Asia menor. No se sabe su fecha exacta, pero si que vivió al menos noventa y dos años, y que era posterior a Pitágoras y anterior a Heráclito. Por tanto, vivió en la segunda mitad del siglo VI y primera del siglo V. Se sabe también que recorría la Hélade recitando poemas, en general suyas. La obra de Jenófanes estaba escrita en verso; son elegías de carácter poético y moral, en las que se mezclan a veces atisbos de doctrina cosmológica, lo más importante de Jenófanes, por una parte, es la crítica que hizo de la religión popular Griega, y por otra, un cierto <> precursor de la doctrina de la unidad del ser en la escuela eleática.

Jenófanes sentía orgullo de la sabiduría, y le parecía muy superior a la fuerza o la destreza física. Consideraba inmerecida el reconocimientos a los ganadores de los juegos olímpicos. Encontraba inmorales y absurdos a los dioses de Homero y Hesíodo, de los que solo se pueden aprender dice, robos adulterios y engaños. Al mismo tiempo rechazaba el antropomorfismo de los dioses, diciendo que, así como los etíopes los hacían negros y bajos, los bueyes o los leones si pudieran hacerlos los harían de igual semejanza a ellos. Frente a esto Jenófanes hablaba de un único Dios.

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En sus fragmentos las cosas están claras, existe unidad divina. Y este Dios es uno e inmóvil y todo. Por esto dijo Aristóteles que Jenófanes fue el primero que <>, es decir , que fue partidario del uno. Y por esta razón prescindiendo del oscuro problema de la influencias, es forzoso admitir a Jenófanes como precedentes de una doctrina de los eleáticos.

3._Parménides:

es el filósofo más importante de todos los Pre-socráticos. Significa en la historia de la filosofía un momento de capital importancia: la aparición de la metafísica. Con Parménides, la filosofía adquiere verdadera jerarquía y se constituye en forma rigurosa. Hasta entonces, la especulación griega había sido cosmológica, física, con un propósito y un método filosófico; pero es Parménides quien descubre el tema propio de la filosofía y el método con el cual se puede abordar. En sus manos la filosofía llega a ser metafísica y ontología; no va a versar simplemente sobre las cosas, sino sobre las cosas en cuento son, es decir como entes.

El ente es el gran descubrimiento de Parménides. Con él y el pensamiento metafísico hasta nuestros días conserva la huella que imprimió la mente de Parménides. Y junto al objeto, el método que nos permite llegar a el , lo que los griegos llamaron, nous, como ya veremos, está en una esencial unidad con el ón. La presentación de la filosofía de Parménides representa grabes dificultades. Aquí no podremos entrar en ellas, sino simplemente indicar el núcleo más nuevo y eficaz de su pensamiento.

Parménides de Elea vivió a fines del siglo VI y en la primera mitad del siglo V: no se puede dar mayor precisión sobre su fecha. No parece probable la relación personal con Jenófanes, a pesar de indudables influencias. También parece que le alcanzaron las del Pitagorismo. Platón le dedicó un diálogos quizá sea el más grande de todos los platónicos. Aristóteles le dedica mucha atención. Además, se conservan considerables fragmento del poema de Parménides, escrito en exámetros que se conoce con el título tradicional de sobre la naturaleza.

3.1._ El poema.
Comprendía una introducción de una gran fuerza poética, dos partes, la primera sobre la vía de la verdad, y la segunda sobre la vía de la opinión. De la primera se conserva más que la segunda. Nos limitaremos a indicar los momentos más importantes del poema.

En un carro arrastrado por fogosos caballos, marcha el poeta por el camino de la diosa. Lo guían las hijas del sol, que apartan los velos de su rostro y dejan la morada de la noche, guardada por la justicia. La diosa saluda a Parménides y le dice que es menester que aprenda a conocerlo todo, y le dice que no hay más de una vía en la que se puede hablar. Con esto termina la introducción.

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Hay clara alusión al paso de la conciencia mítica a la teorética: las héliades lo han sacado de la oscuridad.

La metáfora de los velos significa la verdad, entendida en Grecia como un develar o descubrir.
En la primera parte del poema habla la diosa de dos vías pero estas no son las dos mencionadas de la verdad y opinión, sino que esta última será en rigor la tercera. Las dos las dos primeras son dos vías posibles desde el punto de vista de la verdad, de las cosas en cuanto son: la del que es y que es importante que no sea (la vía de las persuasión y la verdad) y la del que no es; esta última vía es impracticable, pues lo que no es no se puede conocer ni expresar. Y aquí se encuentran la estrecha vinculación del nous y el ón, del ente y la mente o espíritu en la verdad. Después sigue lo que pudiéramos llamar ontología de Parménides, es decir, la explicación de los atributos del ente que acaba de descubrir. Pero esto requiere una exposición articulada.

La segunda parte abandona la vía de la verdad para trasladarse a la vía de la opinión de los mortales los fragmentos de ella son muy escasos. Son la interpretación del movimiento, de la variación, no desde el punto de vista de nous, ni por tanto del ente, sino de la sensación y de las cosas. a esto se añaden algunas indicaciones cosmológicas.



Esquemas de las vías que menciona Parménides

Método Objeto Vía

El nous El ente De la verdad
Impracticable

La sensación Las cosas de la opinión


3.2_Los predicados del ente según Parménides:

Conviene enumerar y explicar brevemente los predicados que convienen al ente, según Parménides.

1. El ón es presente: Las cosas, en cuanto son, están presentes al pensamiento, al nous. El ente no fue ni será, sino que es. Es un principio de presente. Las cosas pueden estar lejos o cerca de los sentidos, presentes o ausentes, pero como entes están inmediatas al nous. La mente tiene la presencia del ente.


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2. Las cosas son entes, es decir, son: Quedan envueltas por el ser, quedan reunidas, unas. Toda la multiplicidad de las cosas no tienen nada que ver con la unidad del ente. El ón es uno. Por eso llega a decir Parménides que el ente es una esfera, sin huecos de no-ser.


3. el ente es inmóvil: se entiende el movimiento como un modo de ser. Llegar a ser o dejar de ser supone una realidad dualidad de entes, y el ente es uno. Por esta razón es homogéneo e indivisible, siempre desde el punto de vista del ente: si yo divido una cosa en dos partes, el ente queda tan indiviso como antes, la envuelve igualmente a las dos: la división no lo afecta lo más mínimo.

4. El ente es lleno, sin vacíos: (el problema del vacío es importante en toda la filosofía griega.) es continuo y todo. Si fuera algo del ente, no sería, y si algo fuese, fuera del ente, sería, es decir, sería ente.


5. El ente es ingénito e imperecedero: lo contrario supondría un no ser, que es imposible.

Estos son los principales predicados del ente, no de las cosas: lo que descubre la primera vía, la de la verdad.

3.3._La opinión:

Como la segunda vía, la del que no es, es impracticable, veamos la tercera, la de la doxa, la opinión de los mortales. Esta tercera vía se mueve dentro de la esfera de la verdad, y por eso puede ser verdad y error. La medida en que exista una y otro solo puede decidir desde la verdad.

1. La doxa: se atiende a las informaciones del mundo, de las cosas. Estas afirmaciones son muchas y cambiantes. Las cosas son verdes, rojas, duras, frías, agua, aire, etc. Además se transformas unas en otras y están en constante variación.

2. La doxa entiende el cambio como un llegar a ser: aquí está su error. El ser no se da en los sentidos, sino en el nous. Es decir la doxa moviéndose en la sensación, que es lo que tiene, salta al ser sin utilizar el nous, de que carece. Y esta es su falsedad.


3. la doxa además de ser opinión es de los mortales: porque su órgano es la sensación, la aletheia, y esta se compone de contrarios y por eso es mortal, perecerá con las cosas mismas. La opinión no tiene nous, lo único que es divino, inmortal, como el ser.

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Por eso interpreta el movimiento Parménides como una luz y unas tinieblas, como un alumbrarse y oscurecerse. Es decir, el llegar a ser no es más que un llegar a ser aparente. Las cosas que parecen llagan a ser, ya eran, pero en tinieblas. El movimiento es variación, no generación: por tanto, no existe desde el punto de vista del ser. Y todo esto es convención, nombres que los hombres ponen a las cosas.

3.4._Ontología o metafísica:

Podemos preguntarnos ahora el sentido de descubrimiento de Parménides. Las cosas (en griego: prágmata), muestran a los sentidos múltiples predicados o propiedades. Son coloreadas, calientes o frías, duras o blandas, grandes o pequeñas, animales, árboles, rocas, estrellas, fuego, barcos hechos por el hombre. Pero consideradas con otro órgano, con el pensamiento o el nous, presenta una propiedad sumamente importante y común a todas: antes de ser blancas, o rojas, o calientes, son. Son, simplemente. Aparece el ser como una propiedad esencial de las cosas, como lo que se ha llamado después un predicado real, que no se manifiesta sino al nous.

Las cosas son ahora entes. Y el ón y el nous aparecen una conexión esencial, de modo que no se dan el uno sin el otro. Parménides dice en este sentido que son lo mismo el ser y el nous. A los ojos del nous el ente es uno e inmóvil, frente a la pluralidad y cambio de las cosas que se dan en la sensación. En Parménides comienza ya la escisión entre dos mundos, el de la verdad y el de la apariencia(opinión o doxa), que es falsedad cuando se toma la realidad como verdadera. Esta escisión va a ser decisiva para el pensamiento griego.

Vistas las cosas un poco más de cerca podemos decir que, después de haberse pensado que las cosas tienen una consistencia determinada, las cosas consisten en algo; pero ahora la atención no se dirige al algo, sino a su previo consistir, sea lo que quieran aquello que consistan, las cosas aparecen ante todo como consistentes; y esto es lo que propiamente quiere decir el participio eón, ón, que es el eje de la filosofía parmeneidea. Las cosas consisten en esto o lo otro porque previamente consisten, es decir, consisten en ser lo consciente. El descubrimiento de Parménides podría formularse, por tanto, diciendo que las cosas, antes de toda ulterior determinación, consisten en consistir.

Con Parménides, pues, la filosofía pasa de ser física a ser ontología. Una ontología del ente cósmico, físico. Y ocurre precisamente que, como el ente es inmóvil, la física es imposible desde el punto de vista del ser y, por tanto, de la filosofía. La física es la ciencia de la naturaleza, y naturaleza es el principio de movimiento de las cosas naturales. Si el movimiento no es, no es posible la física como filosofía de la naturaleza.


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4._Zenón:

es el discípulo más importante de Parménides, continuador directo de su escuela. También de Elea. Parece haber sido unos 40 años más joven que Parménides. Su descubrimiento más interesante es su <>. Este modo de argumentar consiste en tomar una tesis aceptada por el adversario o admitida comúnmente, y mostrar que sus consecuencias se contradicen entre si o la contradicen; en suma que es imposible, según el principio de contradicción, implícitamente utilizado por Parménides.

La tesis de este, sobre todo las relacionadas con la unidad del ente y la posibilidad del movimiento, van contra lo que ordinariamente se piensa. Zenón construye, en su apoyo, varios argumentos, que parten de la idea del movimiento y muestran que es imposible. Por ejemplo, no se puede recorrer un segmento AB, porque para llegar a B hay que pasar primero por un punto medio, C; para llegar a C, se pasa también por otro punto medio D y así sucesivamente, hasta el infinito. Habría pues que pasar por una seria infinita de puntos intermedios y el movimiento sería imposible.

Aquiles y la tortuga: Aquiles que corre diez veces más que la tortuga, no alcanzará nunca a esta si lleva una cierta ventaja, la tortuga a avanzado 1/10 de esa distancia; mientras que Aquiles recorre este nuevo espacio, la tortuga se ha alejado otros diez veces espacios menor y así hasta el infinito; luego no la alcanza nunca.
Zenón proponía otras varias aporías o dificultades, en cuyo detalle no vamos a entrar aquí. El sentido de estas aporías no es, naturalmente que Zenón creyese que ocurre así. El movimiento se demuestra andando, y andando se llega de A hacia B y Aquiles alcanza a la tortuga. Pero no se trata de esto, sino de la explicación del movimiento. Esta, es, dentro de las ideas del tiempo, imposible, y Parménides tiene razón. Para que el movimiento se pueda interpretar ontológicamente, es menester tener una distinta idea del ente. Si el ente es de Parménides el movimiento no es. Las aporías de Zenón ponen esto de manifiesto en su forma más aguda. Será menester toda ontología de Aristóteles para dar una respuesta suficiente al problema planteado por Parménides. No se puede componer de este modo el continuo. Aristóteles construirá una idea del ser, distinta esencialmente de la de Parménides y solo entonces explicará el ser del movimiento y será posible la física.

los hombres hecho dioses son el mayor error de la diosa naturaleza

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